Corregir el comportamiento infantil de manera constructiva

Desde nuestro colegio Novaschool Benalmádena queremos ofrecer algunas posibles pautas a seguir por las familias para corregir el comportamiento infantil de manera constructiva

Corregir el comportamiento infantil de manera constructiva es fundamental para el sano crecimiento emocional de los más pequeños. Actualmente, vivimos una vida repleta de prisas y estrés, y, por consiguiente, también de poca paciencia. Todo ello, puede dar lugar a que los padres descarguen en sus hijos las preocupaciones y agobios de forma inconsciente, aunque no tengan nada que ver con ellos.

Puede pasar que los peques tengan comportamientos incorrectos, fruto de su aprendizaje y desarrollo constantes, y ante esto los padres les griten y otorguen consecuencias demasiados severas. Pero, al igual que los niños aprenden, mejoran y se desarrollan con el paso del tiempo, las familias también han de seguir ese aprendizaje hacia una educación y crianza respetuosa.

Para conseguirlo, es necesario educar desde la firmeza, pero, sobre todo, desde la empatía hacia los niños. No se trata de evitar las rabietas, sino de aprender a lidiar con ellas, ya que son una señal clara de desarrollo emocional.

¿Cómo lo hacemos?

Acompañando al niño en ese desarrollo desde el respeto, intentando enseñarles a ser mejores y a no repetir comportamientos erróneos para ellos y para los demás. Lo cual fomentará en ellos un pensamiento crítico, la reflexión y el diálogo. Teniendo, así, un valor educativo dando lugar a un aprendizaje para el resto de su vida.

Por lo tanto:

  • No hay que apostar por los gritos ni insultos. Ya que se asocian a un peor comportamiento infantil a medio y largo plazo, y, también, a otros problemas emocionales.
  • Olvidar los castigos. La obediencia por temor no es aprendizaje.
  • Adaptar las palabras a su nivel de entendimiento. Procurando que sean frases cortas y en positivo.
  • Mostrarse firme, pero empático. No se trata de ser rígidos, ni poco negociables, ni tampoco convertirse en amigo de los hijos. Sino, mantenerse en la postura de padres con empatía y entendiendo que los niños, de vez en cuando, puedan equivocarse.
  • Elegir el momento adecuado. Ya que en plena rabieta no escuchará y, si lo hace, no entenderá. Será mejor acompañarle y, después, intentar hacerle entender qué ha pasado.
  • Elogiar en público y corregir en privado. Corregir delante de mucha gente puede causar problemas de autoestima.
  • Apostar por las frases en positivo. Que los niños reciban un ‘no’ por respuesta es necesario en muchas ocasiones, pero, a la hora de educar, es mejor formular las frases en positivo ‘’Qué te parece si mejor juegas con esto, si mejor juegas aquí o si mejor jugamos a otra cosa’’.
  • Los niños aprenden por imitación. Lo mejor es dar ejemplo.
  • Poner límites y ser consecuentes con ellos.
  • Practicar la escucha activa. Escuchar atentamente las dudas o anécdotas de los niños sin distracciones, mirándolos a los ojos y dejándoles terminar sus argumentos antes de ayudarles a resolver el problema. Lo cual reforzará su autoestima, ya que sentirán que lo que están contando es importante.

Como dijo Nelson Mandela ‘’la educación es el arma más poderosa que existe para salvar el mundo’’.

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