Dirigido a niños y niñas de 0 a 3 años
Algunos padres nos han preguntado por esos momentos de ira que aparecen en sus hijos de manera espontánea e injustificada (al menos para nosotros). Os contamos algunas cositas de cómo aparecen y desaparecen, de los motivos y de cómo debemos actuar.
Surgen a los dos años, cuando el niño descubre el poder que tienen esos pequeños arrebatos. Han comprobado que esa actitud saca de sus casillas a los mayores y están probando su eficacia, a veces por no convivir con esa ira… consiguen lo que desean, es el medio para conseguir su fin.
A los dos segundos de comenzar es probable que hayan olvidado el motivo que lo desencadeno, solo piensan en la rabia que tienen. Pero es su forma de comunicarse, de decirnos que tienen sueño, que quieren agua, que desean el juguete…. Es su forma de expresarnos sus deseos, su frustración. Nos presentan su carácter, su personalidad. Es el tiempo de definirse como persona y demostrar a los mayores que ellos también tienen algo que decir en su día a día.
¿Cuándo desaparecerán las rabietas?
Es una etapa pasajera. Lo más sorprendente de las rabietas no es la frecuencia (diarias en casi todos los niños) ni su pronta aparición (antes de la adquisición del leguaje). Lo sorprendente es la fuerza, las ganas y el ímpetu que ponen ellas. No hay nada en ese momento que les haga comprender que aquello había perdido el sentido en los primeros segundos.
La pregunta clave es:
¿Y qué puedo hacer?……..
MANTENERSE FIRME ANTE SU ESTADO
NO RESPONDER CON ENFADO
Solo conseguiremos alargar la situación y ponerlo más nervioso.
EXPLICACIONES CORTAS
Él no entenderá el sermón que le echemos, es mejor no darle muchas explicaciones y dejar que pase la tormenta.
NO PRESTARSE AL JUEGO
La mejor forma de luchar contra las rabietas es procurar que no aparezcan. Y para ello conviene anticiparse a posibles problemas. Por ejemplo: uno de los lugares donde suelen darse más rabietas es el supermercado, así que hay que ir previniendo. Es bueno dejar todo claro antes de entrar: avanzarle que solo se va a comprar leche, pan y huevos, y nada más. Después, una vez dentro, podemos dejar que él participe en la compra cogiendo las cosas que se van a comprar (las más pequeñas, claro) y metiéndolas en la cesta. De esa forma estará distraído y se sentirá útil, lo que evitará otras tentaciones.
INTENTAR QUE ESCUCHE
CAMBIAR DE ESCENARIO
Es beneficioso cambiar de lugar: distraerle con otros temas y en otro lugar ayuda a relajarle.
ASÍ NO SE HABLA
Hay que enseñarle que nos debe pedir las cosas en un tono normal
DEJAR QUE SE CALME SOLO
Los niños también tienen derecho a desahogarse.
Estimados padres… Estos momentos que parecen que nunca van a terminar… también pasan.